Guillermo del Toro: “Cambiaría toda mi carrera por una tarde tomando el té con Mary Shelley”

Ya para cuando tenía 60 años podía decir que lo había logrado todo, incluyendo los tres Óscars que tiene, a la mejor película y como mejor director por La forma del agua y a mejor película animada por Pinocho. Pero ya con 61, Guillermo del Toro ha logrado concretar una de sus deudas pendientes, el poder crear su propia versión de Frankenstein,-que se estrena hoy- lo que ha concretado con ayuda de Netflix y un elenco espectacular con un toque latino que incluye al hijo de guatemaltecos y cubanos Oscar Isaac, el descendiente de vascos Jacob Elordi y la hija de madre brasileña Mia Goth, a los que se suma el austriaco Christoph Waltz. Tal como él mismo explica en esta entrevista, el realizador mexicano lleva una vida obsesionado con Mary Shelley y su novela más famosa, por lo que llevarla a la pantalla ha sido un sueño hecho realidad.
¿Qué edad tenía cuando descubrió la novela de Mary Shelley?
Debía tener unos 11 años. Yo ya había visto la obra maestra del cine que dirigió James Whale, con Boris Karloff, cuando tenía siete. Tuvo un profundo efecto religioso en mi. Crecí como católico, pero ese día encontré mi verdadera religión. Entendí viendo a Karloff lo que era un mártir y también un mesías. Me identifiqué tremendamente con su personaje. Y cuando leí el libro a los once, me di cuenta que la película no reflejaba lo que había escrito Mary Shelley en lo más mínimo. Que había muchas otras cosas en la novela, como la humanidad de la criatura y la falta de humanidad en el mundo. Es que en cierto sentido, los románticos creen que el enemigo es la vida. Y ese sentimiento encontró un eco en mi. Ya en aquel entonces soñé con hacer una película sobre mi padre y yo. Pero luego me convertí en padre, y a ese sueño le agregué que también tenía que tratar sobre mi hijo y yo. Cuando cumplí los 50, el tema del filme pasó a ser el poder perdonar y el saber aceptarse como uno es. Es que cuando todo se te empieza a caer, no te queda otro remedio que verlo de esa manera.
Guillermo del Toro, obsesionado desde niño con el ‘Frankenstein’ de Mary Shelley, junto a Jacob Elordi, que da vida al monstruo más humano, en el set de rodaje.
¿Cómo fue el proceso al escribir el guion, para darle su propia perspectiva y a la vez respetar el espíritu original de la novela?
Ya había tratado de escribir el guion anteriormente cuando el proyecto estaba en Universal. Sabía que estaba todo en el libro, particularmente las dos versiones de la misma historia. En total me llevó unos tres años y medio, porque en determinado momento me puse a hablar con Oscar Isaac y allí todo cambió. Comencé a escribir el guion con él en mente. Un año después de nuestra primera conversación le mostré las primeras 30 páginas y las últimas 30. Lo más difícil fue decidir dónde iba a terminar una versión de la historia e iba a comenzar la otra. No quería que se repitieran muchas cosas que ya habíamos contado en la primera parte. Se hubiese convertido en Rashomon. Lo que en cambio yo quería mostrar es que como padre tienes tus hijos, y luego se lanzan al mundo, y tú ya no sabes demasiado sobre lo que ocurre con ellos. Luego vuelven y te cuentan lo que les ocurrió, y es entonces que te das cuenta en qué medida tú como padre fuiste responsable. Eso definió un poco la estructura. Pero luego me encontré con Mia Goth, y a partir de allí le fui dando forma al personaje de Elizabeth. En cualquier caso, el final siempre fue mi guía: poder perdonar y aceptarse como uno es.
¿Qué vio en Oscar y en Jacob para escogerles?
Tengo que agregar a un tercer actor, Mike Hill, que fue igualmente importante. Él fue el creador de los efectos de maquillaje. Con él somos amigos desde hace años. Le he comprado muchas esculturas que hizo de la criatura y de Boris Karloff. Las tengo todas en mi casa. Comenzamos a colaborar en “La forma del agua”. Él diseñó la criatura. Lo cierto es que el 99 por ciento de los que trabajan en maquillaje pueden hacerte un monstruo pero solo un 1 por ciento puede crear un personaje. Y cuando te encuentras con alguien con semejante talento, tienes la posibilidad de hacer una triangulación. En este caso fue entre Jacob, él y yo. Lo que haces es tratas de evitar el aspecto habitual, que es el de la víctima de un accidente o alguien que ha salido de la unidad de terapia intensiva todo cosido. Mike ha estado soñando con esta criatura durante décadas. Con él le fuimos diseñando poco a poco, siguiendo la ciencia de la frenología como se la entendía en el siglo XIX. Creamos el cuerpo como si fuera una escultura de San Bartolomé. Pero la idea era que no se pareciera a una que ha sido reparada, sino que es algo nuevo, un alma recién nacida. Cuando la ves por primera vez, es como un bebé gigante y pálido, que luego va a ser dañado. Lo que digo puede resultar muy cruel, pero es algo que pasa en las familias. Alguien nace perfecto y luego llega la familia y le rompe. Yo quería que este fuera un viaje de un alma nueva que se convierte en un ser humano pensante al final. Lo cierto es que el diseño de la criatura fue parte de la estructura narrativa. Nada en esta película está para alegrarle la vista al espectador. Todo es proteína. Es nutritiva y te cuenta la historia.
Oscar Isaac como Víctor Frankenstein
Per no ha dicho nada de Oscar…
Oscar tiene una gran naturalidad, como algo musical. No quiero decir que los hombres latinos bailamos mejor, pero es así. La verdad es que yo quería que Víctor sedujera a todos, hasta que muestra sus defectos. Quería que fuese byroniano, una especie de Paganini que se mueve como una estrella de rock y piensa como un escultor.
En el mundo de hoy, ¿qué es lo que simboliza Frankenstein para usted?
Tienes que ser cuidadoso con la poesía. Si te da un solo significado, se convierte en matemática, o química. Yo creo que los símbolos son parte de la alquimia, por lo que todo depende de quien los lee. Pueden significar muchas cosas. Por eso yo tendría mis dudas antes de decir que tiene un solo significado. Creo que, para mí, esta película trata de hablar sobre la humanidad, y qué es lo que nos vuelve humanos. Y en ese sentido creo que es la posibilidad de pedir perdón y el saber aceptarse, que es algo que escasea mucho en este momento. Espero que lo que quede en pie después de todo lo que está pasando sea humano. No importa cómo luzca.
Esta película trata de hablar sobre la humanidad, y qué es lo que nos vuelve humanos. Y en ese sentido creo que es la posibilidad de pedir perdón y el saber aceptarse, que es algo que escasea mucho en este momento
Mientras hacía la película, ¿se preguntaba qué es lo que hubiese pensado Mary Shelley sobre las escenas?
Claro. Tengo que confesar que le he dedicado mi vida al movimiento romántico, Mary y Percy Shelley, Lord Byron y la literatura gótica en general. Han sido décadas de estudio y absorción. Soy un verdadero entusiasta de todo eso. La película es una amalgama de la biografía de Mary Shelley, de la mia, de la novela y del movimiento romántico. No es solamente el libro. Mary Shelley tampoco es solamente la novela. Cuando la gente piensa hoy en los poetas, no se da cuenta que en aquellos tiempos eran punks. Eran iconoclastas. Ella se despertó a las 5 de la mañana cuando tenía 16 años y se escapó con Percy sin permiso de sus padres para cruzar el Canal. Fue descubierta por su madrastra, que trató de que regresara, y como no lo pudo hacer, le hizo perseguir por las autoridades por haber perdido un embarazo. Percy Shelley entró en su cuarto con una pistola y le dijo que se tomara el veneno y que él se volaría los sesos para que los dos estuviesen juntos para siempre. Cuando ocurrió lo de Waterloo, algunos de los primeros en llegar al campo de batalla eran poetas, incluyendo a Lord Byron que fue cabalgando. La frase al final de la película es de un poema sobre Waterloo. La guerra, que no se menciona, encuadra el movimiento romántico y por eso yo quería que hubiese una referencia a eso en la película. Pero yendo a tu pregunta, sí, me pregunté muchas veces qué es lo que hubiese pensado Mary de esto o lo otro. Cambiaría toda mi carrera por una tarde tomando el té con ella. Pero de todos modos pienso que haber hecho esta película fue un acto de amor que llevó varias décadas. Espero que ella al menos sepa que ese acto ha sido sincero, y que ha requerido un tremendo esfuerzo de mucha gente talentosa. De todos modos, no hay que olvidar que en vida de Mary la novela fue adaptada al teatro, de una manera no muy fiel, y ella lo aceptó. Ni siquiera le pidieron permiso para hacerlo. Pero se lo tomó muy bien. Se puso un poco mas conservadora sobre el final de su vida. Tenía una forma de pensar muy interesante. Y sé que el tema del padre puede resultar un poco extraño porque en la novela es un buen hombre. Pero luego escribió tres libros sobre figuras tiránicas, y su relación con William Godwin fue muy tensa. Nada en esta película es por que sí. Adaptar un libro es como casarte con una viuda. Tienes que respetar al difunto marido. Pero los sábados te puedes divertir y olvidarte de él.
El director Guillermo del Toro con Oscar Isaac en el set de ‘Frankenstein’
¿Si pudiera hacerle una pregunta a Mary, cuál sería?
Creo que no le preguntaría nada, simplemente me dedicaría a escucharle atentamente.
Ha dicho que su Frankenstein trata sobre la relación entre padres e hijos. ¿Alguna vez pensó en escribir un libro sobre las conversaciones que tuvo con su padre?
Creo que todos somos el libro que nuestros padres escribieron. Somos la metáfora de nuestros padres. Yo soy la poesía de mi madre y la personalidad divertida de mi padre. Él me enseño la mitad de las 4 horas de chistes que puedo contar en forma ininterrumpida. Era muy gracioso. Pero tenía una ética de trabajo muy estricta. Fue el peor jefe que tuve, incluyendo a los Weinsteins. Mi papá me decía que si quería un dólar me lo tenía que ganar. Me enseñó la etica que hoy tengo, y mi disciplina. Por eso yo creo que soy ese libro. He podido ir adonde él no pudo llegar. O hemos seguido aquello que ellos desearon. Es algo que incluso veo en mis propios hijos. Ellos son valientes en cosas a las que yo les he tenido miedo. Así que ese libro también está escrito. Y en cualquier caso, siento que honras a tu familia a través de tu trabajo. No sabes todos los detalles, pero tuvimos momentos muy lindos en su final. Llegué con el Oscar y él me presentó diciendo que este era su hijo, el que hacía películas. Le di la estatuilla, me dijo que era pesada, y supe que lo había entendido todo. No hablamos más sobre el tema.



