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Decisión vital en el duelo Alcaraz-Sinner: “Soy un hombre de palabra, hicimos un pacto en Wimbledon”

Las ATP Finals de Turín cierran la temporada profesional oficial individual. Los ocho mejores del curso pelearán por el cotizado último título, el de ‘maestro’, en un evento con sede en el Inalpi Arena de la ciudad italiana y que abrirán en el cuadro de ‘singles’ el español Carlos Alcaraz y el australiano Alex de Miñaur, este domingo día 9 a las dos de la tarde.

El vigente campeón, el italiano Jannik Sinner, se estrenará el lunes, en la jornada vespertina, no antes de las 20:00 horas, frente a su compatriota Lorenzo Musetti, si gana la final de Atena al serbio Novak Djokovic, o al canadiense Felix Auger-Aliassime.

Todas las miradas se centran, como durante toda la campaña, en Carlos Alcaraz y Jannik Sinner, grandes dominadores del tenis actual, que se han repartido las mejores coronas y que pelean por el número uno final del año.

En este clásico de la era posterior al ‘Big 3’, Alcaraz domina los enfrentamientos directos por 10-5. Este año sólo perdió uno, la final de Wimbledon, tras ganar los de Roma, Roland Garros, Cincinnati y US Open. No sabía que su derrota en la hierba londinense tendría un peso determinante en el futuro de sus confrontaciones.

El entrenador australiano Darren Cahill estaba dispuesto a jubilarse como trotamundos, dejar de llevar las riendas de Jannik Sinner junto al italiano Simone Vagnozzi. Era una decisión personal del ‘aussie’, contraria a los deseos del jugador, que cambió en Wimbledon.

Allí se fraguó la continuidad de Cahill, con quien Sinner se consolidó en la élite, creció en su rivalidad con Alcaraz. En Turín, antes del comienzo de las ATP Finals, el técnico confirmó su  marcha atrás, su continuidad en 2026, por lo sucedido en Londres.

El entrenador australiano Darren Cahill y el técnico italiano Simone Vagnozzi, en el box de Wimbledon animando a Jannik Sinner en su final con Carlos Alcaraz

Clive Brunskill / Getty

“Soy un hombre de palabra. Hicimos un pacto en Wimbledon, y mi futuro está en manos de Sinner. Si quiere, seguiré un año más”, expresó este sábado Cahill. Lo que equivale a la renovación, ya que el tenista está encantado con que el australiano haya mantenido la promesa de que pondría su futuro en sus manos si era campeón de Wimbledon. Y destronó a Alcaraz.

Porque el ‘sí’ de Sinner estaba cantado. Semanas atrás lo había expuesto públicamente en una entrevista a la cadena italiana Sky. “Convencer a Darren de que se quede podría ser mi mayor reto actual. Acaba de cumplir 60 años, y entiendo que quiera bajar el ritmo, pero aún me veo trabajando con él un año más”, significó el actual nº 1 mundial.

“Para mí es más que un entrenador, es como un padre que mantiene unido al equipo, sobre todo cuando las cosas no van del todo bien. Ha sido fundamental para mi crecimiento y también para el de Simone (Vagnozzi), confió en mí cuando acababa de entrar en el Top 10, bajo mucha presión”, desgranó Sinner.

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Hizo un deseo, que se acaba de cumplir: “Ojalá podamos convencerlo de que se quede al menos una temporada más”. Dicho y hecho, Sinner seguirá contando con Cahill en un tramo relevante de su trayectoria, ya que anuncia cambios en su juego durante la pretemporada para sentirse más competitivo contra Alcaraz. Y Darren tiene tablas y conocimientos para ayudar a Jannik en su duelo con Carlos, que se siente muy a gusto con Juan Carlos Ferrero, bien asistido por Samuel López. Ambos están en Turín arropando al murciano. 

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