Trends-US

«Hemos detectado a 1.200 adultos que usan las tarjetas de sus hijos para colarse al metro»

El metro de Bilbao cumple mañana 30 años. Tres décadas en las que el suburbano ha vertebrado la movilidad de los vizcaínos. La compañía pública cerrará este 2025 con un nuevo récord de viajeros, superando por segunda vez la barrera de los 100 millones de desplazamientos. Su director gerente, Eneko Arruebarrena, asegura que una de las señas de identidad de Metro Bilbao es que siempre se adapta a las nuevas situaciones y usos sociales. Y uno de esos cambios tiene que ver con que los menores de 14 años viajan gratis y tienen por primera vez su propia tarjeta para el libre acceso. «Es una medida muy acertada», asegura Arruebarrena, pero también es verdad que este billete ha abierto la puerta a un fraude imposible hasta ahora y que la empresa quiere «cortar de raíz».

– Tres décadas desde que el lehendakari Ardanza dio la orden de apretar el botón.

– Sí. Y es el momento de hacer un reconocimiento sincero y profundo a toda aquella generación que fue visionaria en 1995 y unos años antes. A aquellos que fueron capaces de vislumbrar que el metro sería un éxito, empezando por esos gobiernos de coalición del PNVy el PSE. Fueron capaces de ver lejos y situaron a Bilbao en la ‘liga de los 100’. En 1995 había menos de un centenar de ciudades en el mundo que tenían suburbano.

– Pero en un primer momento, este proyecto generó escepticismo, cuando no rechazo.

– Así es. El metro fue un acierto enorme, pero en su concepción no fue ni comprendido ni apoyado por todos. El día de la inauguración recuerdo que hubo pancartas y protestas en la plaza Moyua. Y le voy a contar una cosa de la que apenas se ha hablado: el primer metro que salió a la superficie en la línea de Plentzia fue recibido a pedradas. Y esto hay que decirlo porque hay mucho converso. En realidad es un éxito del propio metro, el haber sido capaz, con su servicio y excelencia, que aquellos detractores a sangre y fuego se hayan convertido ahora en sus máximos valedores.

– El año pasado se batió un récord de usuarios. ¿Cómo avanza este 2025?

– A día de hoy, a falta de dos meses, podemos decir que volveremos a superar los 100 millones de clientes. Vamos un 4% por encima de los números del año pasado, que fueron realmente buenos.

– ¿No temen morir de éxito? Quiero decir que el metro fue diseñado para, precisamente, 100 millones de usuarios como máximo. Se empieza a percibir en los trenes cierta incomodidad por el aumento de usuarios.

– Por eso estamos preparando ahora las bases del metro para los próximos 30 años. Renovaremos la flota con 37 nuevas unidades y cambiaremos el sistema de explotación para lograr un avance espectacular en todos los sentidos.

– ¿Se podrá bajar al fin de la frecuencia máxima, que es de dos minutos y medio?

– Eso es. No creo yo que necesitemos activarla de continuo, pero sí es verdad que en determinados eventos o días sería muy conveniente.

– Me estoy acordando de la gabarra. Se llegó a mover a medio millón de personas.

– En concreto fueron 512.000. Para nosotros fue como entrar en la Champions. Un reto cumplido.

– ¿Los nuevos trenes tendrán una mayor capacidad de transporte?

– Estamos ahora definiendo sus características pero es cierto que todos tendrán cinco coches. De esta forma ya ganas músculo. Hablamos de entre un 12 y un 15% más de capacidad.

– ¿Qué otras mejoras implementarán?

– Los nuevos convoyes podrán ahorrar un 35% de energía y mejorarán la seguridad, que es algo que no se ve pero que resulta muy importante. También seremos capaces de recuperar el servicio más rápido en el caso de que se produzca una avería. Y podremos hacer un mantenimiento más certero, basado en la prevención y no en la corrección. Nos familiarizaremos con palabras como digitalización o autodiagnóstico de los trenes. Es una gran inversión de entre 700 y 800 millones. De verdad que pasaremos a un metro de segunda generación. Ahora tenemos tecnología de 1995 y nos subiremos al siglo XXI, con unidades sensorizadas que generen gran cantidad de datos de utilidad. Igual que los pioneros del metro alumbraron este maravilloso transporte, ahora se está diseñando su futuro.

– ¿Ese futuro incluye la posibilidad de eliminar el personal de conducción? En Barcelona, el 25% de las líneas ya se explotan con trenes autónomos.

– Aunque es cierto que vamos a ganar en automatismos. No vamos a prescindir del maquinista, no está en nuestra cabeza.

– ¿Los nuevos trenes irán llegando de manera escalonada? ¿O llegará un día en el que pasemos de golpe del ‘viejo’ metro al nuevo?

– Lo de los trenes será progresivo. En cuanto a la señalización, ya veremos. Es complejo pero se ha hecho en otros lugares. Es algo que está testado y está logrado. El usuario no debe darse cuenta.

– Aún no le han puesto fecha a esta transformación.

– Como decimos es algo que no se hace ni en uno ni en dos años. Necesitaremos tiempo, varios años.

– ¿Cuántos?

– Varios. Lo sabremos relativamente pronto.

– Mientras tanto, el usuario tiene la percepción de que cada vez hay más averías y más graves.

– Las estadísticas no dicen eso. El histórico de incidencias con repercusión en el servicio permanece estable. Hay una semana en la que tienes tres, pero luego hay dos o tres meses sin sobresaltos. Somos conscientes de que supone un gran perjuicio para los usuarios y hacemos todo lo que está en nuestra mano. Es verdad que las instalaciones y los trenes tienen una edad pero estamos invirtiendo cada vez más en mantenimiento. Lo que parece claro es que no somos infalibles a las averías. ¿Sabe cuántas aperturas de puertas hay en un solo día en Metro Bilbao? Son 150.000. Los ascensores suben y bajan 55.000 veces por jornada. Ante ese volumen es normal que una máquina falle en algún momento. Nuestra hoja de ruta es seguir invirtiendo en mantenimiento:dedicamos ya 30 millones al año y tenemos 200 profesionales trabajando en ello.

– También anunció en Juntas Generales que se renovará la catenaria del tronco común.

– Lo haremos poco a poco. Pasaremos de una convencional a una rígida, que es más fiable. Cuando hay una avería, se suele mirar mucho a este elemento pero no falla más que otros dispositivos.

– ¿Qué factores explican el hecho de que la demanda se haya disparado desde el fin de la pandemia?

– Nunca hay una causa única. Yo creo que es una confluencia de situaciones. Esta subida no solo se da en Metro Bilbao, sino que es algo general en toda la movilidad, en las grandes urbes…

– Pero durante el covid había mucho miedo a que el teletrabajo hundiera los transportes.

– El teletrabajo vino para quedarse. Pero es verdad que en un momento subió mucho y luego se ha ido reduciendo. Nosotros sí detectamos que este factor puede estar detrás de una bajada que vemos los lunes, que ahora es el más flojo de los días laborables cuando nunca había sido así. Es la jornada en la que más se teletrabaja. Pero es que tenemos muchos factores que tiran del suburbano hacia arriba:una cifra récord de empleo, una sociedad muy escolarizada y, sobre todo, más movilidad por el ocio. La sociedad quiere ahora disfrutar más, disponer de más horas de diversión, de más actividades…

– En este contexto, ¿cuánto pesan las restricciones al coche?

– No sabemos en qué medida pero está claro que las zonas de bajas emisiones también están contribuyendo a que suban los clientes del transporte público. Y también diría que hay una mayor conciencia social para no usar el coche privado. Y eso también influye.

– ¿Y los descuentos?

– Precisamente es uno de los debates que están abiertos ahora en el sector. Mi opinión es que la variable precio no es determinante. Al menos, eso se desprende de nuestra encuestas de satisfacción. Pero también es cierto que las bonificaciones pueden hacer que ciudadanos que no se planteaban subirse al metro, lo hagan. Porque, inicialmente, dar el salto hacia el transporte público, para determinadas personas, puede ser impensable. Pero, una vez que lo has probado, es difícil regresar a la dinámica del coche.

– Las noticias que rodean este tema inducen a pensar que las bonificaciones pueden desaparecer a corto plazo.

– Si se retiran, no creo que vayamos a notar un descenso significativo de clientes. Con todo, la política de viajes bonificados (que no descuentos directos) no va a desaparecer en ningún caso. A futuro habrá que seguir potenciando los viajes intensivos (temporales), frente a los más esporádicos (Creditrans) y a los ocasionales.

– ¿Han percibido un aumento de los billetes de un solo uso por el aumento del turismo?

– No, siguen por debajo del 2%. Una parte importante de los que nos visitan opta por Barik.

– ¿Han apreciado también un incremento en el número de niños y menores de 14 años que viajan ahora gratis?

– Es muy bueno que puedan subirse al metro. Ahora bien. También hemos detectado cierta trampa desde que existen estas tarjetas de menores. Me explico. El fraude no es un problema agudo en Metro Bilbao. Es infrecuente ver a usuarios saltando la canceladora, por ejemplo, como si ves en otros lugares. Y hacemos control de fraude. No es significativo dentro del volumen global de viajes registrados. Pero sí hemos localizado que hay aitas y amas o familiares que usan indebidamente la tarjeta gratuita de sus hijos.

– Ese es un problema nuevo. Creo recordar que estos títulos se implantaron este mismo año.

– Sí. En febrero para menores de 12 años y en junio para los de 14.

– ¿De qué bolsa de fraude estamos hablando?

– En este tiempo hemos retirado 1.200 tarjetas. En algún caso hemos detectado a 22 en un mismo día. Ya digo que no es significativo en cuanto al volumen total de viajeros.

– ¿Qué medidas han tomado?

– Además de la retirada, se exige un pago de 20 euros, si el abono se produce en 48 horas o menos. La cuantía se eleva a 50 si se paga en una semana. Si no se cumple con esto, el asunto pasa ya a ser una sanción administrativa.

– ¿Es fácil pillar al que viaja con la barik de su hijo?

– Sí. Los sistemas de trazabilidad que tenemos son muy diferentes al típico revisor o ‘pica’. Podemos ver si hay fraude de una forma bastante eficaz.

– ¿En las canceladoras?

– No queremos dar pistas.

«No escatimaremos a la hora de perseguir a los grafiteros»


– El día de la final de la Europa League, en mayo, Metro Bilbao sufrió, posiblemente, su peor ataque por parte de unos grafiteros. Pararon el tren en Lutxana y retuvieron a los pasajeros. Algunos de ellos sufrieron crisis asmáticas por los gases de la pintura.

– El grafiti para nosotros es algo muy serio. Porque es una cuestión de seguridad y de incomodidad para los pasajeros, que para nosotros es lo más sagrado. No ahorramos en recursos para combatirlo, para erradicarlo. ¿Hemos invertido en cámaras? Sí. ¿En agentes de seguridad? También. Seguramente nos sale más caro perserguirlo que limpiar los destrozos, pero esa no es la cuestión. No vamos a escatimar en ello.

– Es un momento especial por el 30 aniversario. Han preparado un amplio programa de actividades.

–Es un momento para mirar atrás con orgullo y también para celebrar lo que tenemos. Porque el metro ha sido un gran democratizador de la sociedad. Hace que seamos todos más iguales. Que tengamos más derechos. Transportamos emociones, ideas, experiencias, vivencias…

Related Articles

Leave a Reply

Your email address will not be published. Required fields are marked *

Back to top button