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Los científicos sitúan la falta de oxígeno a más de un metro en el sur del Mar Menor

Ponerle nombre o emplear un término científico u otro para explicar lo que está pasando en el Mar Menor estos días parece tener más dificultad de la cuenta. El presidente del Comité Científico del Mar Menor, Ángel Pérez Ruzafa, negó ayer que existan discrepancias en los datos y conclusiones que el Instituto Español de Oceanografía y el Instituto Murciano de Investigación y Desarrollo Agrario y Medioambiental (Imida) están aportando sobre el estado de salud de la laguna en este nuevo episodio de ‘sopa verde’ que está viviendo el ecosistema tras el paso de la dana ‘Alice’.

El lunes, los investigadores del Centro Oceanográfico de Murcia que monitorizan la laguna para el Ministerio para la Transición Ecológica informaron de que los datos registrados por la red de boyas del proyecto Belich apuntaban a valores anóxicos al sur del Mar Menor. La estratificación de la columna de agua en dos capas (dulce y salada) y las «bajas concentraciones de oxígeno, tóxicas para la fauna y la vegetación de la laguna», fueron dos conclusiones que horas después fueron cuestionadas por el Gobierno regional. Con otros registros, esta vez del Imida, pero en mediciones similares en cuanto al oxígeno (en torno 1,5 miligramos por litro en algunos puntos de la cubeta sur, cuando debe estar por encima de 4 mg/l), la Comunidad habló de «hipoxia y riesgo de anoxia».

Con los muestreos recientes en la mañana de ayer, Ruzafa concluyó que estos muestran niveles de hipoxia, aunque «no generalizada», al sur del Mar Menor, en concreto frente a las playas de Los Nietos y en la zona central de la cubeta. Esos niveles de falta de oxígeno, pero no de anoxia, se registran a más de un metro de profundidad, y todo dependerá «de cómo funcionan los vientos, de cómo evolucionan las temperaturas y en que siga incrementándose el aporte» de nutrientes desde la cuenca.

Los niveles de clorofila van a la baja en la laguna y, hasta ayer, no se detectaron problemas con la fauna marina

Un dato positivo para el investigador es que los valores de clorofila van bajando, y «eso es una buena señal de que va a haber menos carga que luego hay que digerir». Añadió que los expertos en la vigilancia de la fauna marina «de momento [hasta ayer] no han detectado ningún problema», ante el temor de un episodio de mortandad similar al de 2019 y 2021. La situación sigue siendo «crítica» y «habrá que ver cómo evoluciona».

Sin embargo, Francisca Baraza, comisionada del Ciclo del Agua y Restauración de Ecosistemas, comentó este mismo martes que los datos registrados por el IEO a primera hora seguían dando niveles de oxígeno anóxicos. Esta situación se ha generado por el incremento de nutrientes y de microalgas en el agua, situación que deriva ya en una nueva ‘sopa verde’ en el Mar Menor. El sistema de monitorización en tiempo real «da una situación prácticamente de anoxia» en esa zona, comentó la comisionada, pese a que los datos aportados por el Imida, que vigila la laguna para el Gobierno regional, apuntaban a «una estabilización generalizada de algunos parámetros».

La digestión de la materia orgánica y las condiciones ambientales determinarán los próximos días el estado del ecosistema

Baraza esperó que la reunión del comité, convocado con carácter extraordinario a petición de la Oficina Técnica del Mar Menor, analizara y contrastara «distintas informaciones» para tener un diagnóstico del ecosistema. El delegado del Gobierno, Francisco Lucas, también mencionó este martes la detección de «zonas con anoxia» en el Mar Menor y emplazó al presidente regional Fernando López Miras a que aprobara el Plan de Ordenación Territorial de la Cuenca Vertiente al Mar Menor, que acumula un retraso de dos años.

«Matices» en las conclusiones

Ruzafa, por su parte, quiso ayer poner calma en estas conclusiones y señaló que las muestras aportadas por ambas instituciones científicas ofrecen cifras bajas de oxígeno disuelto pero en un momento de la mañana donde la actividad metabólica de las plantas es bajo, por lo que no existe una plena producción de este elemento esencial para la vida. «Hasta que no empieza a producir oxígeno la vegetación a lo largo del día, no sabes si se va a compensar una cosa con la otra», comentó.

En el seno del comité, a preguntas de los periodistas, Ruzafa no vio «discrepancias» y achacó a «matices» en la interpretación de los datos y las conclusiones de cada institución científica esa guerra de cifras que ofrecían el Ministerio para la Transición Ecológica y el Gobierno regional. «Cuando hay dos informes que dicen lo mismo, que se han tomado de manera independiente, esa es una garantía de que la situación es la que es», subrayó el investigador.

El catedrático de la Universidad de Murcia no escondía que es una «situación crítica» producida por «una entrada masiva de agua con nutrientes, materiales y cargas de materia orgánica» que se han ido acumulando en las capas profundas, y apuntó que la suerte del Mar Menor dependerá de «muy mucho de las condiciones ambientales y de que el retardo que lleva esa descarga de la cuenca vertiente se una con la digestión que habrá de la materia orgánica que se ha ido acumulando» en el fondo marino.

Integración de modelos

Un trabajo a corto plazo que realizará el Comité Científico, y por el que emitirá un dictamen los próximos días, será la integración de modelos con los que se evalúan los cambios en la hidrodinámica del Mar Menor o la alteración del suelo en la cuenca vertiente. Todo ello por identificar «las lagunas de conocimiento» que puedan haber en la lectura de los datos obtenidos si no concuerdan entre los que ha registrado una institución u otra. «Identificar dónde pueden estar [esas lagunas] y, de esa manera, ir mejorando y afinando esos modelos. Y, a ser posible, integrarlos en modelos predictivos que puedan ser herramientas de gestión», exclamó Ruzafa.

Esa última referencia la conecta el catedrático con la idea de «anticiparse a los problemas» que puedan surgir en el Mar Menor y poder tener «herramientas de gestión», en vez de responder con soluciones a un evento que ya haya pasado. Esos modelos integrados permitirían conocer qué eficacia real tienen proyectos pendientes de acometer sobre el entorno de la laguna, como la creación de humedales artificiales y naturales, la renaturalización de terrenos, la colocación de setos o el control sobre el nivel freático del acuífero del Campo de Cartagena.

Podemos exige un debate monográfico en la Asamblea

La diputada regional de Podemos, María Marín, exigió ayer la celebración «urgente» de un debate monográfico en la Asamblea sobre el estado actual del Mar Menor, pero también para «evaluar lo que se ha hecho en los últimos años y, sobre todo, lo que no se ha hecho». Para Marín, es «vergonzoso» que la Región no cuente todavía con el Plan de Ordenación Territorial para la Prevención del Riesgo de Inundaciones y el Plan de Ordenación Territorial de la Cuenca Vertiente del Mar Menor. «La ordenación del territorio no existe porque no la hacen respetar ni el Gobierno regional ni los ayuntamientos», denunció.

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