Olympiacos – Real Madrid: No quieren una tragedia griega

El Real Madrid viaja Atenas para medirse a Olympiacos en un partido cargado de veneno. El equipo no está oficialmente en crisis, pero un mal resultado en Atenas puede cambiar el diagnóstico. Suena raro en un equipo que es líder de su Liga y está, antes del partido de esta noche, en el Top-8 de la Champions. Pero así es el Madrid. Máxima exigencia en lo malo, máxima recompensa en los días de vino y rosas.
La situación, con todo, dista de ser ideal. Las lesiones añaden sal a la herida de esos dos empates, ante Rayo y Elche, que han menguado la renta blanca frente al resto de aspirantes ligueros. En el día de ayer Xabi Alonso perdió a Courtois y a Huijsen, dos pilares de su defensa. En especial el portero, uno de los pocos jugadores que, y no sólo esta temporada, acredita su condición de élite mundial absoluta en cada partido.
Una gastroenteritis deja en Madrid al de Bree y también a Huijsen, con un problema muscular que le impedirá también estar el domingo en Girona. Xabi recupera a Tchouaméni, que apunta directo al eje de la zaga ya que sólo hay un central sano. Asencio ha sabido hacerse fuerte ante los contratiempos que asolan a sus compañeros de línea. Militao, Rüdiger y Alaba siguen fuera de circulación, lo que deja en pañales a la defensa del Madrid en un momento de dudas. El mal partido de Elche, en el que Xabi apostó por una defensa de cinco, se cierne como amenaza sobre un equipo en el que la crítica es tan excesiva como empalagoso el elogio. Alonso, que ayer cumplió 44 años, lo sabe de primera mano, porque ha sido cocinero antes que fraile. Ayer, al menos, el club quiso respaldarle frente a los díscolos que presuntamente quebrantan la paz de Valdebebas, un grupo en el que destaca la figura de Vinicius, pero en el que podrían figurar más jugadores. El caso del brasileño, de todas formas, es especial, sobre todo a raíz del famoso cambio en el Clásico y esa disculpa pública del extremo en la que no se mencionaba de forma expresa a su entrenador. La relación entre ambos, estrictamente profesional, proyecta sombras sobre el futuro del futbolista, cuya renovación está pendiente.
Olympiacos-Real Madrid
Pero ese no es un tema de hoy. No hay en el fútbol mejor terapia que el gol y la victoria, y eso busca el Madrid ante un Olympiacos que aspira, como mucho, a meterse entre los 24 mejores del torneo. Un objetivo modesto, pese a tocar pelo europeo con Mendilibar, en comparación con el del Madrid, al que se mide de forma inevitable con el metro de la Champions. Es lo que tiene haber ganado tantas en los últimos años (seis desde 2014), una servidumbre que a veces estimula y otras atenaza. Falta ver qué reacción se da esta noche en el Karaiskakis.




