Griezmann, el rey de la baraja

Sucede que el mayor regalo para todos esos que eligieron ser indios a un importante abogado lo gritaban desde que el sol de invierno apuntó al partido desde la cúpula del Metropolitano. En un duelo de rock transgresivo entre el Atleti y el Valencia. Tú me agarras, yo te empujo. Porque si los de Corberán fueron mejores durante 75 minutos se olvidaron de que Evaristo era rojiblanco. Victoria del Atleti, equipo de espíritu imperecedero contado en esa estrofa: “Si me ves retroceder, espera, que estoy cogiendo carrera“.
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Había salido el Atleti con ese once con el que se paró el aguacero a domicilio en Eindhoven. Los mismos, con Pubill y con Sorloth, como ley innata, que lo que funciona no se toca. Corberán, condicionado por la gripe en su plantilla y la baja de Tárrega, acumuló hombres atrás para jugarse el tipo mirándole a los ojos. Llamativa la ausencia de Danjuma, primera titularidad para Ugrinic y Almeida para el balón y llevar al Atleti a una dulce introducción al caos desde el inicio.
Y es que, a los veinte segundos, el Valencia se pudo poner por delante. Regalo a Giuliano a Hugo Duro que fue como un pase en su área que el futbolista del Valencia estampó en el travesaño como una pedrà. Un error que condicionó los primeros minutos. El Valencia jugaba como cantando “voy que ni toco el suelo”. El Atleti sonámbulo en ese tango suicida. Frío y perdido asistiendo a cómo el Valencia llegaba a sus rincones, llenos de flores, como ese córner de Pantic. Bien plantados, presionando y sin dejarle construir a los del Cholo. O ni siquiera pensar. Había saltado solo una chispa en el Metropolitano. Y esa era la de Corberán, que atacaba más por la izquierda, con Thierry en esa posición de lateral y extremo haciendo daño.
Pasaron quince minutos del Valencia en el área de Oblak antes de que el Atleti tuviese la primera en la de Agirrezabala: una contra de Sorloth. Se habia acabado la lluvia. Uno de los hombres del Cholo había tomado el balón: “Érase una vez dentro de un mundo gris, luchando por salir una mijita de color”. Esa que todo brotaba de su C de capitán. Un Koke finísimo, como a los 25 que, en el saque de un córner, poesía cholista, tuvo tiempo de pensar y hasta tomarse un café, mientras Agirrezabala no blocaba el primer remate de Ruggeri. El Valencia naufragó: Sorloth le hizo sombra a Copete, Pepelu se desentendió y, en el segundo rechace, Koke envió la pelota a la red con un disparo raso con la diestra. El Metropolitano explotó. Goool. Ama, ama y ensancha el alma.
Con el partido convertido en escalera, el Valencia se pasó desde ese momento buscando el siguiente escalón. Quince minutos después hacía en el área de Oblak un autorretrato del gol recibido en la propia. Un córner, varios rechaces y Pepelu el tercero rematándolo a la red. Pero un silbido bajó de los cielos pidiendo amnistía: la rodilla de Hugo Duro estaba en fuera de juego. En la jugada siguiente Sorloth no hizo más grande la herida porque, solo ante Agirrezabala, le estampó la pelota en el cuerpo. El Valencia no se quedó en estado de espera. Sino que seguía jugando corriendo hacia el área de Oblak como un coyote montao en un Vespino. Con juego fluído y más llegada, aunque sin tino, ante un Atleti que había vuelto a la espesura del inicio, precipitado, impreciso y asfixiado en ese verso, “si te vas me quedo en esta calle sin salida”. Nico y Julián, en stand-by. Ruggeri, mal. Nahuel, peor. “Agila”, debió de grita el Cholo en la caseta que es “espabilad” en jerga extremeña. En la ducha se quedó Nahuel.
Con Le Normand en el centro de la zaga, Pubill se movió a su lugar natural, el lateral. Porque el Valencia quería más, menuda pesadilla. Seguía rascando, triangulando alrededor de la media luna ante un Atleti encogido. El Agila lo llevaban los de Corberán en las botas. Y ahora no había quien le parara ya los pies. Beltrán lo subió al marcador con un latigazo desde la frontal que al fin llevaba al marcador el partido sobre la hierba para decirle al Cholo: “Tú en tu casa y nosotros en la hoguera”. Porque el calor y el color eran del Valencia. El Atleti vivía en diferido. Sin ser, ni oír, ni dar. Pero en ese momento ya no estaba Julián, sí un francés con ganas de gritar eso: “Soy Griezmann, el rey de la baraja”. Y Griezmann recibió un centro magnífico de Pubill para controlar y rematarlo aún mejor. Y a salir, beber, el rollo de siempre. Y rubia la cerveza pa acordarse de su pelo, que la capa es su cabello rasurado. Marcó Sorloth, pero en fuera de juego. Se le rompió al Valencia la cuerda que ataba el reloj a las horas. Aguantó el Atleti. Tres puntos más y bajarle el telón a su campo en 2025 todo por dentro de colores.
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Cambios
Robin Le Normand (45′, Nahuel Molina), Lucas Beltrán (54′, Diego López), Thiago Almada (58′, Pablo Barrios), Antoine Griezmann (58′, Julián Alvarez), Conor Gallagher (58′, Nico González), Baptiste Santamaría (70′, Eray Cömert), Javi Guerra (71′, Filip Ugrinic), José Gayà (81′, Jesús Vázquez), Largie Ramazani (81′, Pepelu)
Goles
1-0, 16′: Koke, 1-1, 62′: Lucas Beltran, 2-1, 73′: Griezmann
Tarjetas
Arbitro: César Soto Grado
Arbitro VAR: Juan Luis Pulido Santana, Jorge Figueroa Vázquez
Marc Pubill (31′,Amarilla), Sörloth (41′,Amarilla), Hugo Duro (87′,Amarilla), Simeone (87′,Amarilla), Thiago Almada (89′,Amarilla)




