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Marín resuelve la papeleta sobre la bocina

Miércoles, 17 de diciembre 2025, 01:00

Sobre la bocina resolvió la Real la papeleta en Elda en otro encuentro pobre de juego. A este equipo hay que exigirle mucho más, pero tal y como están las cosas, hay que celebrar eliminar en Copa a un Primera RFEF en el minuto 96. La Real tenía mucho que perder y muy poco que ganar en el Nuevo Pepico Amat, pero de momento Ansotegi compra en su debut esperanza avanzando ronda en la única competición de la temporada en la que este equipo puede sonreír este curso. Los encargados de hacer los goles fueron el defenestrado Sucic, que es marcharse Sergio y marca en la primera que tiene, y Marín. El croata hizo lo que hizo –otros han realizado algo similar–, pero en la tesitura actual prescindir de un activo como él es un lujo que este club no se puede permitir. La puntilla fue de Marín, que empezó como indiscutible, pero que desapareció y que lo está pasando mal. Críticas sí, nunca palos destructivos y menos con alguien de casa. Primera final salvada, queda la de la Liga ante el Levante, el pan de cada día.

Jokin Aperribay, Erik Bretos, Andoni Iraola y Xabi Prieto, toda la plana mayor, pisa el césped del Nuevo Pepico Amat sobre las 19.30 horas. A pie de campo, el presidente pregunta si ha salido el once. Los móviles echan humo aunque todavía no se cierra el futuro entrenador debido a un ejercicio de análisis. No se quiere correr pero diciembre ya se va. La cara es el espejo del alma y la preocupación es evidente, más si cabe cuando Ansotegi presenta la alineación que demandaba el máximo mandatario realista. El de Berriatua se estrena con todo lo que tiene, consciente de lo que se juega no él, sino el club. Caer en Elda significaba abrir mucho más una herida que sigue sangrando. La Real se presenta con siete titulares como Aramburu, Zubeldia, Martín, Gorrotxategi, Soler, Brais y Guedes, apoyados por Marrero, Aihen y Zakharyan.

La primera parte volvió a demostrar que Sergio no es el único problema. En la primera media hora, balones al pie, conducciones lentas hacia atrás, demasiados toques y el Eldense sufre menos que con la visita del Tarazona el fin de semana. No hay ni una sola excusa porque el campo está perfecto por la lluvia caída, el esférico rueda, pero la Real no fluye. El Eldense se presentó en bloque bajo, pero fue el primero en avisar y amenazar. Boston lo intentó desde lejos y Calvo golpeó peor. Los realistas juegan en corto de lado a lado y Ansotegi se quita el abrigo. En cuanto al juego, años luz su Sanse que la Real de los mayores en el primer acto.

Se debía plasmar la calidad del equipo titular, pero Kubo no encaraba y Zakharyan, más pendiente de la grada que su par. El único al que hay que agradecer la máxima intensidad es a Guedes, protagonista de dos ocasiones y a la postre hombre clave con la asistencia. Zakharyan le encontró al espacio, pero su remate con la zurda se marchó alto. Su disparo lejano, en cambio, fue repelido por Valencia. Serra pudo tirar a Kubo dentro del área, pero en el Pepico Amat no hay VAR. Acto seguido el japonés, ésta vez sí, aglutinó dos defensas, encontró a Aramburu, que en un remate fallido dejó solo a Zakharyan en el segundo palo. El golpeo con el tobillo fue pésimo con todo a favor. La Real comenzó a carburar, pero ya moría la primera mitad. Marrero tuvo que estar atento para detener una acción a balón parado terminada por Quintana, antes de que Valencia volara para negarle el 0-1 a un Brais que por fin se atrevió a hacer algo diferente disparando desde la frontal. Otra vez, una anodina Real.

Adelantarse y golpetazo

No cambió demasiado el guion de la segunda mitad, pese a que Kubo en el 46 amenazó con meter una marcha más. El pase atrás fue para Guedes, frenado. Es lo único destacable que sucedió hasta el gol de Sucic, al que hay que recuperar como sea. El problema es que el gol del croata llegó en el 78 y la Real no era capaz de generar. Bustillo regaló el cuero en una buena presión blanquiazul, y Sucic, con la derecha, superó a Valencia con la ayuda de Macho. Frío hasta para celebrar otro de esos futbolistas que no lo está pasando bien.

Cuando parecía que el trabajo estaba hecho, Clemente envió el balón a la cruceta y Quintana reventó la escuadra de Marrero. Olía a prórroga y la cara de susto se apreciaba en el palco donde están los que mandan. Guedes, que al menos siempre está al cien por cien, dejó solo a Marín, que resuelve la papeleta sobre la bocina. No es poco en la tesitura actual.


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