Da igual el frío o la lluvia que vaya a haber en Liverpool a la hora del encuentro. Esto es el Madrid, esta es la Champions, nadie te regala nada. Hay que rememorar aquel partido de hace tres temporadas, cuando el Madrid ganó 2-5, y eso que en el minuto 10 perdía 2-0. Me acuerdo de una situación majestuosa, celestial, que silenció Anfield y que generó un respeto eterno hacia los blancos en la ciudad de los Beatles. Recuerdo aquellas jugadas históricas de Vinicius, de Luka Modrić en cabalgada, de Benzema… Bueno, lo que es el Madrid en Europa: un equipo que no se frena ante nada ni ante nadie.
Por lo tanto, esta noche me da igual que digan que el Liverpool está en horas bajas. Es el Liverpool que lleva seis Copas de Europa; por lo tanto, máximo respeto. Pero el Madrid tiene que dar un puñetazo en la mesa. Este es otro Mbappé, no el del año pasado, que falló un penalti en este mismo estadio. Un Mbappé que se siente número uno, que es el dueño del equipo. Un Vinicius que tiene que reivindicarse y una sala de máquinas con Tchouaméni, con Camavinga, con el gran Jude Bellingham y con el turquito Güler para aportar la fantasía. Hoy confío mucho en Jude. Hoy quiero un Hey Jude en Anfield. Sí, ¿por qué no? En la tierra de los Beatles, Hey Jude.
Tomás Roncero, subdirector de AS.
