El Mallorca pone otra vez el contador a cero. El equipo que dirige Jagoba Arrasate, parcialmente rehabilitado y de regreso a la superficie tras su victoria antes del parón, se subirá este sábado a la báscula y se someterá a un nuevo chequeo en uno de los estadios más hostiles de la Liga para sus visitantes. Los baleares, todavía con un margen de muy estrecho y bajas de peso entre sus filas, hacen las maletas para acudir a una cita con otro rival de Champions; con un Villarreal plantado justo a la espalda de los dos grandes que en casa se comporta como uno de los oponentes más despiadados de todo el campeonato (La Cerámica, DAZN, 21.00 horas).
Para el Mallorca es el momento de ponerse frente al espejo y reiniciar el navegador para saber dónde se encuentra. El hecho de jugar tras un parón y frente a un oponente de talla superior podría difuminar un poco el diagnóstico pero debería servir igualmente como referencia. El cuadro isleño no analizará solo la profundidad de su mejoría y del vestuario. Al mismo tiempo, pondrá a prueba su delgadez fuera de casa en un escenario en el que hace menos de un año vivió una de sus peores pesadillas. Un mal trago que a día de hoy sigue martilleándole la cabeza. Sobre el papel, será el compromiso más duro e incómodo de los que le quedan de aquí hasta que acabe el año.
El conjunto bermellón continúa arrastrando las bajas de Leo Román, Marash Kumbulla y Toni Lato, lo que le deja con lo justo para mantener una delicada defensa que, pese a todo, consiguió establecer la segunda portería a cero de la temporada antes de abrir este último paréntesis. Afortunadamente, los partidos de selecciones no han agravado la situación en el lateral izquierdo, donde Johan Mojica, de vuelta de un viaje transoceánico y de acumular en las piernas noventa minutos con Colombia, parece estar listo para seguir dando batalla.
Arrasate tiene algún cambio importante en la cabeza que va a meditar hasta el último momento. El más llamativo de todos tiene que ver con el ataque y con la presencia de inicio en el campo de Vedat Muriqi. El Pirata, máximo goleador bermellón y autor de la mitad de los tantos que amontona el equipo, viene de jugar dos encuentros prácticamente completos con su selección y el entrenador vasco medita darle descanso pensando en lo que viene. Si acaba tomando esa decisión, Mateo Joseph ocuparía su lugar en el puesto de nueve.
El técnico también planea refrescar la mediapunta dándole entrada a Pablo Torre en lugar de Sergi Darder. El jugador cántabro no es titular desde la visita a San Mamés y podría tener una nueva oportunidad en el campo del Villarreal. A su vez, otro de los que tiene papeletas regresar al equipo inicial es Antonio Sánchez, apartado del once desde la visita a Anoeta de finales de septiembre. Mientras tanto, Omar Mascarell permanecerá al lado de Samu Costa después del buen nivel mostrado en las jornadas anteriores y Jan Virgili tratará de recuperar la chispa en el extremo tras su fulgurante debut con la selección española sub’21.
El Villarreal, por su parte, quiere seguir tirando del hilo de los buenos resultados a costa de un rival al que ya masacró en su última visita, hace ahora diez meses. El cuadro groguet, tercero tras el Madrid y el Barça y un punto por delante del Atlético, ha convertido su estadio en un recinto de difícil acceso del que solo se han escapado dos puntos en seis partidos.
Marcelino García Toral tiene las bajas de Logan Costa y Willy Kambwala, mientras que son duda Santiago Mouriño y George Mikataudze, ambos con problemas físicos. Al que sí recuperan los castellonenses es al israelí Manor Solomon, baja en los últimos enfrentamientos por unos problemas de espalda. Uno de los factores que puede favorecer al Mallorca es que en tres días se la juega ante el Dortmund en la Champions.
