Durante casi todo el curso 24/25, el Real Madrid era un equipo a expensas de lo que marcaba Mbappé, creaba Vinícius y salvaba Courtois. Y nada de eso le valió para ganar un solo partido importante del curso. Así que la promesa para esta 25/26, de la mano de Xabi Alonso, era dar un paso adelante para salvar ese abismo con los rivales directos… pero en cuatro meses largos de competición el equipo parece haber dado varios pasos hacia atrás. Un peligroso regreso al punto de partida.
Aquel equipo que el tolosarra quería construir, el que proponía agresividad, presión alta, trabajo coral, fútbol intenso, se ha ido desvaneciendo. Si los resultados negativos invitan a la duda, y las dudas invitan a desandar el camino andado, estos tres empates consecutivos lejos de casa y la pérdida del liderato sientan al Madrid en el diván: «Nos ha faltado completar más minutos de buen fútbol ofensivo y ser dominantes… por qué no lo conseguimos es lo que hay que analizar», afirmaba Alonso.
La evidencia de los duelos de Vallecas, Alicante y Girona es que el Madrid se ha atascado ante bloques bajos que mantienen la disciplina. Y entonces aparecen los mismos mecanismos del fiasco del curso pasado: circulación de balón inofensiva, ritmo predecible, poca imaginación para romper líneas… así, la posesión se convierte en una sucesión de pases que terminan en la banda y, salvo rupturas individuales esporádicas (Vinícius como exponente en este sentido) o centros al área sin un cabeceador, el plan se ha evaporado.
Varios pasos atrás – Foto: Albert GeaCreación
Arda Güler o Aurelien Tchouaméni son dos de los señalados en este bajón. El Real Madrid poseía uno de los mejores mediocampos del mundo (Casemiro, Kroos, Modric) y no ha ido sustituyendo las piezas con futbolistas capaces de crear a ese ritmo. No existe ni director de juego ni alguien capaz de actuar con velocidad y precisión en el último tercio. En Liga, el francés ha disputado 12 de los 14 partidos (once como titular) y lidera el ‘ranking’ de recuperaciones (49) y duelos ganados (55 de 78), pero sigue sin explotar como iniciador del juego. Ese primer toque hacia el campo rival, donde su propio técnico (Alonso) o Kroos eran determinantes no tiene ahora dueño. El turco, por su parte, ha disputado los 14 choques. Y sus números no son del todo malos (cinco asistencias, tres goles…) pero de los 564 pases que ha dado (90 por ciento de efectividad), apenas nueve (1,60) han sido en profundidad. Acumula 118 pérdidas de balón. Alonso, además, no confía en las alternativas de Camavinga (apenas tres titularidades en Liga) o Ceballos (cuatro). Y Valverde no atraviesa su mejor momento…
Ataque
Mbappé (56 por ciento de los goles blancos este curso) es el factor que mantiene al equipo. Pero si el francés tose, el Real Madrid se constipa: cuando no aparece (un tanto, y de penalti, en las tres últimas jornadas de Liga), los blancos son un equipo muy predecible el ataque. «Nos faltó puntería», lamentaba Xabi tras el 1-1 de Montilivi. Pero el tolosarra conoce cuál es el problema: la presencia de un atacante tan diferencial como Mbappé lo condiciona todo, y lo más sencillo -sucedió en la 24/25- es relajarse a la espera de que lo solucione todo. Con ese objetivo, finalmente Alonso ha renunciado a exigirle trabajo defensivo, pero también a Vinícius. «Los dos de arriba nos han hecho mucho daño… porque están descansados: son solo ocho los que tratan de defender y correr». Las asistencias del brasileño y los cuatro goles del galo maquillaron otro partido mediocre (3-4) de los blancos ante Olympiacos.
Varios pasos atrás – Foto: AFP7 vía Europa PressEsta noche, en San Mamés, los blancos completarán su particular ‘exilio’ de cuatro partidos lejos del Bernabéu -el partido de la NFL obligó a retocar el calendario-. Y será la primera oportunidad para dar un golpe de timón, o la cuarta consecutiva para comprobar que algo se ha roto.
