Mal enemigo para que el Athletic reaccione

Después de perder se busca una reacción, a poder ser inmediata. No es solo por enterrar el recuerdo negativo, también se trata de sumar cuanto antes a fin de mantener viva la llama de la esperanza, de la ilusión invertida en los objetivos que uno se ha marcado. Tal como ayer expuso su entrenador, el Athletic pretende “resarcirse” ante su público tras ser vapuleado por el Real Madrid, pero la oportunidad que se le presenta no es precisamente la ideal para compensar la última derrota. Al menos en teoría, porque enfrente estará el Atlético de Madrid y a estas alturas no es preciso explicar lo que ello significa.
Claro que Ernesto Valverde y su plantilla desean con todas sus fuerzas brindar un éxito a la afición, que todavía no se ha repuesto de lo presenciado el miércoles y posee motivos para abonarse al escepticismo en las horas previas a este compromiso siempre complejo y áspero. La intención de rectificar no se cuestiona, todo lo contrario; si por algo destaca el Athletic es por su espíritu, por una actitud que suele ser una garantía de entrega y goza del pleno reconocimiento de la calle.
Pero al igual que el resto de los encuentros, el de hoy se ha de valorar partiendo de una premisa muy elemental que consiste en colocar en cada uno de los platillos de la balanza aspectos como el potencial, los recursos y el momento que atraviesan los contendientes. A veces este ejercicio carece de validez pues la previsión no coincide con lo que luego sucede sobre la hierba. No cabe descartar que esto se produzca lo apuntado, pero cuando se observan diferencias muy marcadas en los rendimientos, lo normal es que eso acabe teniendo un reflejo en el resultado.
Por tanto, resulta lógico hablar de la existencia de un temor fundado en los prolegómenos de esta cita. Tal como se desenvuelve en la mayoría de sus compromisos, el Athletic no estaría en condiciones de sentirse favorito a costa del conjunto dirigido por Diego Pablo Simeone. Al técnico argentino le han vuelto a construir un grupo que desmerece de los que manejan Hansi Flick y Xabi Alonso. Acaso carezca de estrellas tan rutilantes como las del Barcelona o Madrid, pero este Atlético no desmerece en absoluto de los otros candidatos a los títulos gracias a las múltiples alternativas que posee. La disponibilidad de piezas, por defecto, asoma precisamente como una de las debilidades del Athletic, acuciado por la larga lista de inquilinos de su enfermería.
Simeone espera un partido “duro y difícil” en San Mamés
Está descartado el regreso de alguno de los lesionados menos graves: Iñaki Williams, Navarro o Maroan aún deben esperar. En cambio, está asegurado el regreso de Sancet, cumplida su sanción de dos jornadas por excederse tontamente en una entrada que realizó en el Camp Nou. En principio, una noticia positiva dado que no existe un elemento tan desequilibrante en la nómina del Athletic. Cuestión bien diferente es que sea capaz de plasmarlo y que el equipo se beneficie.
El perfil del adversario no le facilitará la tarea, ni a Sancet ni a nadie, pero con él en el ajo se puede esperar algo original, distinto. En el actual contexto, algo que saque al equipo del túnel, de la mediocridad y del déficit de filo que ha caracterizado el fútbol de muchas semanas. Por fortuna, Sancet no vuelve tras lesión, por lo que estará fresco como una lechuga para desplegar su repertorio. La verdad es que el abanico que baraja Valverde en ataque se halla bastante limitado porque los roles de Izeta, Serrano o Selton son secundarios o anecdóticos.
El once incluirá varias novedades, alguna de cajón como la vuelta de Yuri. Sobre todo, hay que dosificar esfuerzos, de modo que no es descartable que entren Paredes, Gorosabel o Areso o Unai; que repita Galarreta, suplido en el descanso del miércoles y que Rego se tome un respiro.




