Bolo, ante la historia

Huesca y Osasuna afrontan los dieciseisavos de final de la Copa del Rey en El Alcoraz, que espera una buena entrada en una cita que no parece una más (sigue el partido en directo en AS.com). Los oscenses llegan tras haber eliminado al Utebo y al Racing de Ferrol y los navarros, tras dejar en el camino a Sant Jordi y Ebro. Esta vez se miden dos equipos de categorías mucho más igualadas, por lo que la cosa se pone seria. Al frente de los de Huesca, un exrojillo, Jon Pérez ‘Bolo’, quien jugó en Osasuna con 22 años en la temporada 1996-97, cedido por el Athletic, aunque sus actuaciones no fueron demasiados destacadas.
El técnico se enfrenta a un Osasuna cuyos unos colores defendió como delantero con ganas de meter al Huesca por primera vez en octavos. En las dos últimas temporadas se han quedado a las puertas frente al Real Betis (0-1) y al Rayo Vallecano (0-2). A Bolo le tocó vivir el milagro de El Sadar con Martín al frente del equipo, cuando pasaron de estar desahuciados camino de Segunda a lograr una increíble permanencia. Fue un año terrible para Osasuna. El presidente Juan Luis Irigaray fue haciendo desfilar a un rosario de técnicos: Rafa Benítez tras nueve jornadas, llegó después Pedro Mari Zabalza y más adelante Miguel Sola. La hecatombe llevó a la directiva a lanzar un desafío con Martín, técnico del Promesas. Llegó a cinco jornadas del final. Osasuna había perdido (0-3) ante el Atlético de Madrid B en El Sadar y los rojillos tenían 31 puntos y estaban a seis de la permanencia que marcaba el Lleida con 37.
En Pamplona se asumió que había que ganarlo todo para salvarse. ‘Cinco de cinco’ era el grito de guerra. Bolo, que en total jugó siete encuentros como rojillo, estuvo en los dos anteriores al repóquer mágico. Fue titular en todos –ante Badajoz (0-1), Mallorca (1-0), Alavés (0-1), Levante (1-0) y Eibar (1-1)– y vivió en primera persona el éxtasis de no necesitar una quinta victoria para lograr la salvación. Estuvo cedido en el Hércules antes de consolidarse en el Rayo Vallecano –seis temporadas– y seguir su carrera en el Nàstic, Numancia y retirarse en el Barakaldo, un paso previo a la dirección deportiva en el club fabril.
Como entrenador empezó en el Arenas de Getxo y posteriormente en la Ponferradina –cuatro temporadas–, Oviedo –once partidos–, Burgos –una temporada y el inicio de la siguiente– y ahora lleva media docena de encuentros con el Huesca, donde relevó en noviembre a Sergi Guilló. Ahora se cruza con los rojillos en el otro bando.
Esta será la cuarta vez que, a lo largo de su historia, Osasuna y Huesca se midan en Copa y a los azulgranas no se les ha dado mal cuando se han medido a los rojillos. Lograron eliminarlos en dos ocasiones; en las temporadas 1971-72 y en la 1974-75. En la 1986-87, fue el cuadro navarro el que logró pasar de ronda. El Huesca, ocupa ahora mismo la decimoquinta posición en la clasificación de Segunda División, pero la ilusión de dar un paso histórico, no se la quita nadie. Es la sexta vez en la historia que compiten en esta eliminatoria.
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Todo apunta a que, una vez más en esta competición, habrá rotaciones. Bolo mezclará titulares y suplentes. Esperan mucho de Luna, que no ha terminado de despuntar esta temporada en su cesión desde el Real Mallorca. El colombiano y la experiencia de Sergi Enrich serán las principales bazas ofensivas azulgranas. Lisci apostará por los menos habituales e incluso por algún jugador del filial, ya que ha incluido a varios en la convocatoria. Boyomo está ya fuera, preparando la Copa de África.
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