Xabi Alonso tiene su estrategia definida para el Clásico: Eduardo Camavinga será la sombra de Pedri. El francés asumirá el papel de ancla y escudo en el mediocampo, con la misión de cortar la creatividad del canario antes de que conecte con la delantera azulgrana. El técnico del Real Madrid apuesta por su jugador más polivalente para marcar el pulso del encuentro.
El plan blanco es tan táctico como simbólico. Alonso confía en la juventud y energía de Camavinga para imponerse en el centro del campo, consciente de que el equilibrio es vital ante un Barça que busca dominar desde la posesión. La batalla entre ambos promete ser uno de los duelos más apasionantes del choque en el Santiago Bernabéu.
En cambio, Hansi Flick aún no tiene definido su “plan anti-Vinicius”. El brasileño ha sido una pesadilla constante para los culés, y el técnico alemán duda entre Ronald Araújo, Jules Koundé o una sorpresa táctica. La falta de una decisión clara podría ser un riesgo, ya que cada detalle pesa en un partido donde el margen de error es mínimo.
El Real Madrid llega con una hoja de ruta clara, mientras el Barça busca soluciones en su retaguardia. Alonso prepara un bloque sólido, de ritmo alto e intensidad, que buscará ahogar al conjunto catalán. Por su parte, Flick confía en ajustar a última hora para mantener el orden defensivo y contener las embestidas de Vinicius.
El Clásico no solo enfrentará talento, sino también dos visiones del fútbol: la precisión táctica de Xabi Alonso contra la versatilidad de Flick. En un duelo donde cada metro y cada pase pueden ser decisivos, la estrategia puede marcar la diferencia tanto como un gol en el descuento. @mundiario
