Cómo hizo Haití, unos de los países más pobres de América para soñar con la hazaña de clasificar al Mundial 2026
Haití enfrenta a Nicaragua este martes en lo que podría ser su partido más importante en décadas. Necesita ganar para mantener viva la ilusión de clasificarse al Mundial 2026, y al mismo tiempo dependerá de que Honduras pierda ante Costa Rica para ocupar la cima del grupode las Eliminatorias de la Concacaf . La tensión es máxima, pero el equipo se muestra concentrado y consciente de la magnitud de la oportunidad.
La Selección de Haití formada en la previa a la victoria por 1-0 ante Costa Rica en la fecha 5 de las Eliminatorias CONCACAF. @fhfhaiti
Este encuentro resume años de esfuerzo de un equipo que nunca juega como local en su propio país. Por razones de seguridad, los partidos “en casa” se disputan en Curazao, en su mayoría, y Aruba, y la preparación se hace desde la distancia, lo que convierte cada victoria en un verdadero logro logístico y deportivo.
Sébastien Migné: un entrenador ausente pero presente para Haití
El francés Sébastien Migné dirige la selección haitiana sin haber pisado nunca el país. La inseguridad en Puerto Príncipe impide los viajes, por lo que todo el trabajo táctico, la supervisión de jugadores y la planificación de partidos se realiza desde el extranjero.
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Migné ha demostrado habilidad para reclutar talento de la diáspora haitiana en Europa, especialmente en Francia. Jugadores como Jean-Ricner Bellegarde, Josué Casimir y Hannes Delcroix son ejemplos de cómo su estrategia combina la experiencia internacional con la pasión por representar a Haití. Su liderazgo se percibe en la cohesión del grupo, la disciplina táctica y la ambición constante de pelear cada partido como si fuera una final.
Haití, una selección construida en la diáspora
La mayoría de los jugadores de Haití nacieron o crecieron fuera del país, sobre todo en Francia. Este hecho ha generado un equipo con formación profesional sólida, aunque también generó debates sobre la integración de futbolistas locales.
A pesar de ello, el equipo logró adaptarse y crear identidad propia. La combinación de jugadores experimentados en ligas europeas con jóvenes promesas creó un equipo competitivo, capaz de soñar con una clasificación histórica a su segundo Mundial, 52 años después de su primera participación en 1974.
Haití, un país que sueña más allá del fútbol
El sueño mundialista de Haití trasciende el deporte. La selección representa la esperanza de una nación golpeada por la pobreza y la inestabilidad política, y el partido contra Nicaragua simboliza mucho más que tres puntos: es un proyecto de orgullo nacional y resiliencia.
Si Haití logra vencer a Nicaragua y que Honduras no gane, la hazaña será histórica. Y aunque el futuro sea incierto, el simple hecho de estar tan cerca del Mundial demuestra que, incluso en las circunstancias más difíciles, los sueños se pueden construir desde lejos y con determinación.
