Los Gunners están ante la oportunidad de aumentar su ventaja en el liderato de Premier League, un camino similar al de Los Invencibles de hace 22 años
La Jornada 13 de la Premier League nos regalará un duelo de lujo, con Arsenal y Chelsea, los dos mejores equipos de la competencia, enfrentándose en Stamford Bridge. Para los visitantes, la victoria pondría nueve puntos de distancia entre ellos y los Blues al tope de la tabla.
Para Arsenal, aún a falta de dos tercios para que termine la temporada, esta victoria sería un paso importantísimo para poder soñar con el primer campeonato de liga del club desde el 2004. Pese a que, en las últimas dos décadas, el equipo londinense ha tenido oportunidades diversas de campeonar, la inhabilidad de hacerlo ha sido, lastimosamente, uno de sus sellos.
El técnico actual, Mikel Arteta, ha sufrido la caída de su equipo en otras temporadas, notablemente en 2023, cuando el equipo estuvo en primer lugar prácticamente toda la campaña, pero cayendo a partir de marzo, y eventualmente cediendo el campeonato al Manchester City. Un año después, el Arsenal repitió su lugar en la tabla, quedando apenas dos puntos debajo de los Sky Blues para nuevamente perderse de la oportunidad de ganar el título.
Los Gunners están ante la oportunidad de aumentar su ventaja en el liderato de Premier League ante los Blues. GettyImages
Por tercera temporada consecutiva, los Gunners están en búsqueda del campeonato, y este año han visto como el City, su viejo rival, empezó la temporada con más tropiezos de lo acostumbrado. Coincidentemente, se cumplieron ya dos décadas desde su último título de Premier, un equipo tan deslumbrante que recibió un trofeo especial de campeón, y que continúa siendo recordado como uno de los mejores de la historia.
Los Invencibles de la Premier League
Similar a lo sucedido con Arteta estas últimas dos temporadas, la historia previa al 2003-04 para Arsenal era de quedarse en la orilla, cerca del título, pero siempre quedando cortos. Pese a ganar la FA Cup en 2003, el equipo quedó segundo, detrás del Manchester United. Unos meses antes, Arsene Wenger, técnico del club, había arrancado la temporada sin derrota. Cuestionado por la prensa, afirmó que su equipo en efecto podía terminar una temporada sin perder.
“No es imposible”, dijo Wenger. “AC Milan lo hizo, entonces no es impactante decirlo. ¿No creen que Manchester United o Chelsea sueñan con eso? Es lo mismo, solo no lo dicen por miedo a quedar en ridículo”, completó.
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Los medios ingleses usaron las palabras de Wenger en su contra al final de la temporada 2002-03, ya que no terminaron ni invictos ni con el campeonato de la Premier League. Al arrancar la temporada 2003-04, y con Arsenal nuevamente sin perder, las palabras del técnico francés fueron recordadas.
Pero esta vez, Wenger renovó su plantel con jugadores como Cesc Fábregas, José Antonio Reyes, Robin van Persie y el arquero Jens Lehmann. Salvo un empate el 21 de septiembre en Old Trafford, en el que Ruud van Nistelrooy falló un penal al minuto 90, Arsenal dominó en el arranque de la liga inglesa, y se vio en primer lugar, arriba de los ya mencionados Diablos Rojos.
En la segunda mitad del torneo, eliminados de la Champions League y de la FA Cup, el equipo de Wenger puso todas sus energías en conquistar la Premier. Jugando más con el resultado que con el típico estilo ofensivo de Wenger en mente, el club llegó a marzo con 27 partidos sin perder, pero apenas nueve puntos por encima de Chelsea y Manchester United.
El 28 de marzo, Arsenal consiguió otro empate ante Manchester United, en el que Sir Alex Ferguson concedió que sus rivales serían campeones. El mítico ex DT de los Rojos tendría razón, pero la cuestión ahora era si Arsenal perdería algún partido en las últimas ocho oportunidades. Cuatro equipos, Newcastle United, Tottenham, Birmingham City y Portsmouth arrancarían empates – pero ninguno les ganaría.
El 15 de mayo, con una victoria de 2-1 sobre Leicester City en el viejo estadio de Highbury, Arsenal confirmó la primera temporada invicta en la historia del club, y consiguió el mote de Los Invencibles, mismo que recibió el Preston North End que, en 1889, completó la primera temporada inglesa sin derrota.
Arteta, heredero de Arsene Wenger
Veintidós años después, Arteta tendría la oportunidad de devolverle las sonrisas a una afición que no ha podido ver a su equipo campeón durante una generación entera. Arsenal ya no puede emular lo hecho por Wenger y Los Invencibles, ya que suman una derrota en la campaña, pero sí de conseguir un campeonato que reestablece a los del norte de Londres como uno de los clubes más fuertes del futbol inglés.
En seis años como el entrenador del club, Arteta suma tres trofeos con el equipo: la FA Cup de 2019-20, y dos Community Shields en 2020 y 2023. Además, devolvió al equipo a la posibilidad de enfrentar la Champions League luego de una ausencia de seis años, todo esto sin poseer un presupuesto similar al de sus rivales, especialmente Manchester City, Liverpool y Chelsea en las últimas temporadas.
En poco más de 300 partidos dirigidos con los Gunners, Arteta ha ganado 185 duelos, con una efectividad de casi 60 por ciento – un testamento al gran nivel que ha sustentado al frente del club. Aun así, hay una materia pendiente: ganar la Premier League por primera vez desde la era Wenger y al fin superar a Pep Guardiola, el técnico que le dio por primera vez la oportunidad a Arteta de desarrollarse como auxiliar en el Manchester City, por allá del 2016.
Ante Chelsea este fin de semana, Arteta se enfrentará a un club con el que no ha perdido desde el 2021, con cinco victorias y apenas dos empates. Tres puntos en Stamford Bridge abrirían una grieta muy complicada para los Blues de remontar al menos a corto plazo. El otro rival para considerar en este momento, Manchester City, tendrá una prueba menos complicada al enfrentar a Leeds United, quien actualmente pelea por el no descenso.
Y si bien, podría lucir improbable y hasta tormentoso para la afición Gunner ilusionarse por el título desde ahora, bien podrían recordar las palabras de Wenger en 2003 sobre atreverse a soñar, sin miedo a quedar en ridículo, mismas que se hicieron realidad apenas una temporada después.
