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Sinner levanta un muro imposible para un Alcaraz heroico

Carlos Alcaraz viajó a Turín para marcharse con el número uno del año, y lo logró, pero su ambición pedía más: quería entrar en el selecto club español que reinó en la Copa de Maestros. Frente a un Inalpi Arena rugiente, el murciano ofreció uno de los mejores partidos de su temporada, aun con el isquiotibial derecho avisando desde el primer set. El 7-6(4) y 7-5 no refleja la intensidad eléctrica que vivió el torneo bajo la lona italiana.

Sinner, dueño absoluto del indoor, desplegó su manual perfecto: potencia quirúrgica, concentración de acero y golpes tan limpios que parecían avanzar solos. En su casa, ante 13.000 aficionados entregados, defendió su territorio con una autoridad que solo un Alcaraz heroico logró agrietar por momentos. El italiano amplió su racha a 31 victorias consecutivas y reafirmó que esta superficie le pertenece.

El partido estuvo marcado por una escena que hizo contener el aliento a todo el mundo. Con 5-4 en el primer set, Alcaraz llamó al fisioterapeuta señalando el muslo: “Ya lo noté en el otro partido y lo controlé”. Se vendó la zona, volvió a la batalla y forzó intercambios de una calidad suprema. Pero el esfuerzo le costó, especialmente en los acelerones que Sinner neutralizó con saber de campeón.

A pesar de romper el servicio del italiano por primera vez en todo el torneo, el número uno del mundo no pudo sostener esa ventaja. Sinner levantó una bola de set con un segundo saque sublime, forzó el tiebreak y lo resolvió con una mezcla de frialdad y fantasía: globos perfectos, una dejada quirúrgica y una lectura de partido que solo tienen los campeones destinados a dominar una era.

La derrota dolerá unas horas, porque Alcaraz vive de ganar y sueña con más. Pero su temporada sigue siendo monumental: ocho títulos, 71 victorias en 79 partidos y una madurez competitiva que asusta por su velocidad. Habrá tiempo para recuperar el isquio, para preparar Australia y para volver a desafiar a Sinner, el único capaz de frenarlo en este tipo de batallas. La rivalidad ya es una obra maestra. Y el capítulo de hoy, historia del tenis. @mundiario

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