Vuelve la magia al Camp Nou con una gran fiesta y gritos de reivindicación: a favor de Messi y de la Grada d’Animació
Culemaníacos
El equipo azulgrana regresó a casa para enfrentarse al Athletic dos años y medio después de comenzar su reforma más ambiciosa
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El Camp Nou recuperó su magia. Su encanto. Dos años después de iniciar la transformación más ambiciosa de sus 68 años de vida, el estadio del Barça volvió a ser la casa de los culés. El reestreno fue muy emotivo, con el Athletic como rival, y una afición con ganas de cantar muchos goles (muy prtono llegó el de Lewandowski) y títulos. Laporta tenía motivos para estar feliz, pero también los tiene para estar preocupados. Miles de aficionados gritaron el nombre de Messi, a cinco meses de las elecciones presidenciales del club.
El Barça-Athletic era un partido especial, muy esperado por socios y aficionados barcelonistas. También por miles de turistas, que pagaron mucho dinero para presenciar el regreso del equipo azulgrana al Camp Nou, en obras desde hace dos años y medio.
Los inconvenientes
Todavía quedan dos o más años de trabajos para completar el nuevo Camp Nou, que será un estadio tan grande como espectacular. Mientras, los aficionados deberán tener paciencia para llegar a sus localidades. Pero el campo del Barça es único y los inconvenientes se soportan mucho mejor que en Montjuïc, mucho más frío e impersonal.
Aficionados del Barça acceden al Camp Nou
EFE
Dos horas antes del inicio del partido, los bares de la Travessera de Les Corts, Collblanc, Badal y Diagonal estaban llenos. El regreso del Barça al Camp Nou también era muy esperado por los restauradores. Su facturación, desde verano de 2023, había caído en picados.
Más dinero
Los aficionados también acudían a la Botiga del Barça para comprar camisetas y bufandas de su equipo. En el Camp Nou, el dinero fluye con más alegría que en el Olímpic Lluís Companys y el presidente barcelonista, Joan Laporta, aspira a ingresar 400 millones de euros anuales por la explotación del estadio.
Los futbolistas del Barça y la mascota del club, antes del partido
EFE
Con mucha más antelación de lo habitual, los aficionados llegaron al Camp Nou. Tardaron un poco en encontrar su asiento, mientras comprobaban los cambios: nuevos lavabos, pasillos más amplios, nuevos puestos de restauración. Y, sobre todo, nuevos vecinos.
El ambiente, algo frío ambientalmente, se calentó a medida que se acercaba el partido y los decibelios de la megafonía se disparaban, mezclados con gritos reivindicativos a favor del regreso de la Grada d’Animació. Especialmente emotivos fueron el lanzamiento de petardos, el Cant del Barça (Orfeó Català) y el saque de honor, realizado por dos socios, en teoría el propietario de un club que en manos de Laporta ha perdido su esencia, pero recupera el Camp Nou. Que no es poco, pero algunos socios, molestos, corearon el nombre de Messi.
