Aviso para cualquier euforia en el Barça de Flick

Lejos de la brilllantez y la pomposidad que quizás todos esperábamos tras lo del Atlético y el Betis, pero el Barça logró sacar adelante un partido más denso que un bocadillo de cemento. El cuadro azulgrana llegaba lanzado tras pasar por encima del Betis con un torrente ofensivo muy notorio. Y la verdad que la sensación que planeaba en el ambiente era que el Eintracht, que venía de encajar un 6-0 en Leipzig y de caer 0-3 en casa ante la Atalanta en su último duelo continental, podía erigirse como la víctima perfecta para dar un golpe encima de la mesa con una victoria contundente.
Pero hubo que conformarse con el objetivo de mínimos, que no era otro que lograr los tres puntos y mantener la esperanza de colarse en el TOP-8. Pese a que Flick no quiso ni oír hablar de resultados ajenos, lo cierto es que el Barça depende muchísimo de que se den una serie de resultados para quedar entre los ocho primeros. Lo primero, no fallar. Lo segundo, esperar carambolas.
MUY DISCRETO INICIO
De cualquier forma, lo único salvable de anoche en esa ansiada vuelta de la Champions al Spotify Camp Nou (más de tres años después) fue la reacción de la segunda parte. Unos minutos bastaron para arreglar el desaguisado de unos primeros 45 minutos muy deficientes del equipo de Flick. Imprecisiones constantes, poquísima fluidez, presión mal ejecutada. Y, como sucedió en los primeros meses de competición, muchísimo sufrimiento en las transiciones rápidas del rival.
Lamine Yamal, ante el Eintracht / Dani Barbeito
En una de esas llegó el 0-1 de Knauff. Son cinco partidos seguidos ya que el cuadro de Flick empieza perdiendo, sin duda una de las asignaturas pendientes para analizar y mirar con lupa. El vaso, eso sí, hay que verlo medio lleno. De esos cinco partidos, cuatro se han remontado. Los últimos cuatro. Y es que el Barça ha recuperado ese espíritu y ese amor propio que exhibió el curso pasado en incontables ocasiones y que brilló por su ausencia en el primer tramo de campaña.
BROTES VERDES
Más allá de la inaceptable y deplorable actuación de los aficionados del Eintracht de Frankfurt y de los primeros 45 minutos del equipo, siempre hay que rescatar brotes verdes. Ayer, lógicamente, estos se focalizaron en la figura de Jules Koundé, determinante en la remontada con dos goles de cabeza. Ya dio un paso al frente en el aspecto ofensivo en Sevilla (asistencia a Ferran incluida) y ayer demostró que está más lúcido tras tres primeros meses bastante discretos.
Marcus Rashford, contra el Eintracht Frankfurt / EFE
Además, hay que señalar a Marcus Rashford. Se le fichó para esto. Para agitar partidos que se atascan. Para proponer cosas distintas. Flick vio que el equipo necesitaba otro perfil en ataque para hacer daño y respondió perfecto. Por lo demás, difícil rescatar alguna otra actuación positiva. Tres puntos y a seguir.



