Gilmour vs. Paz: El Desafío del Diez

Más que la prueba del nueve, para Billy Gilmour hoy en el estadio Maradona está programada la prueba del Diez y por Diez se entiende un tal Nico Paz. Cien mil ojos estarán puestos en el talento argentino del Como de Fàbregas, pero quien tendrá el privilegio de mirar más de cerca a este predestinado del mundo del fútbol es el mediocampista escocés del Napoli, llamado a no perder de vista al adversario directo.
Ya que en las contraposiciones que son la sal del fútbol de Antonio Conte será precisamente Gilmour el encargado de “cubrir” a Paz intentando ante todo limitar sus suministros justo mientras Nico, por su parte, hará todo lo posible para no dar referencias a la retaguardia azzurra.
Más allá del aspecto táctico, sin embargo, está el momento que está viviendo Gilmour que, no en vano, coincide con el del Napoli porque de las actuaciones del ex Brighton dependen un poco los destinos del equipo. Contra Torino y PSV, el sustituto de Lobotka tuvo dificultades tanto en la fase de construcción como en hacer de enlace entre los departamentos. En cambio, contra Inter y Lecce, Billy se propuso como la primera solución en el juego de pases, pero sobre todo fue capaz de proteger de la mejor manera a la pareja formada por Juan Jesus y Buongiorno.
Es por eso que puede ser definido como el termómetro del Napoli, precisamente él que poco antes de entrar al campo en el Via del Mare parecía a punto de tener que dar forfait debido a un malestar pasajero. Gilmour, sin embargo, apretó los dientes también porque tenía muchas ganas de reaccionar después de un viaje desafortunado como el contra los granata, adornado además por su “asistencia” decisiva para Simeone. Ese error lo había puesto un poco en la parrilla y pocos días después llegaron las múltiples distracciones de Eindhoven. Sin embargo, cuando empezó a soplar el viento de la crítica, el escocés demostró más que nunca determinación y resiliencia. Cualidades fundamentales para merecer ese espacio para el cual siempre tuvo que luchar teniendo delante a un “titularísimo” como Lobotka.
Conte ha apreciado mucho el espíritu de “supervivencia” de Gilmour, también porque las soluciones alternativas en el centro del campo eran y son todas experimentales. En cambio, Billy garantiza tiempos y geometrías y por eso el entrenador pugliese se ha confiado a él incluso solo para dar respiro a Lobo como en ocasión del partido con el Pisa. Es más, a veces, como el año pasado contra el Milan en el Maradona, la pareja de pasadores ha funcionado a la perfección y Gilmour ya se propone desde ahora como alternativa táctica a Anguissa para acompañar a Lobotka cuando el camerunés vaya a la Copa de África.
Más bien, para sorpresa el año pasado en Como la elección de Conte para dar un turno de descanso desde el inicio a Frank recayó en Billing y no en Gilmour y el Napoli pagó las consecuencias con el centro del campo de Fàbregas que tuvo predominio técnico y territorial. Hoy el guion del partido debería ser similar, pero un intérprete como Gilmour en el Napoli podría hacer toda la diferencia del mundo.
Ya que este “viejo” Gilmour formato 4-3-3 puede revelarse muy valioso con sus características de mediocampista vertical que ni siquiera Lobotka tiene. Billy, de hecho, ama ser el centro de la maniobra y también para él la presencia de De Bruyne a veces pareció ser un obstáculo con el belga que se bajaba a recibir el balón de los defensores. Ahora, en cambio, las referencias están claras y, especialmente con Hojlund allí al frente, hay para Gilmour la posibilidad de buscar un apoyo pero también de poner el balón a espaldas de la defensa rival. Una solución muy importante contra un equipo muy equilibrado como el Como, que presume además de la segunda mejor defensa del campeonato con solo 6 goles encajados. A propósito, Gilmour acaba de expresar el deseo de querer mejorar en la fase de finalización (apenas un gol entre los grandes entre Inglaterra e Italia, el de inicio de temporada contra el Pisa). Hoy todos, del lado del Como, esperan un golpe de Paz, quién sabe si por sorpresa no sea Billy quien haga de Diez.
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